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sábado, 26 de julio de 2014

A revolver el guiso señores!


Son pocos los que tienen vidas magníficas.

Cráneos tremendos,creaciones imposibles de imaginar por mentes corrientes.
O hazañas físicas por las cuales brillan.
O mucha plata como para vivir la vida de una manera que no genere dudas de que a a la vida se la está viviendo a reventar.
Pocos.
La mayoría transitamos como pequeñas hormigas en pequeños caminos más o menos prefijados.
Creemos que nuestros mínimos logros son la gran cosa!
No dejaremos más huellas que las que recuerden nuestros hijos y en dos generaciones se borran.
Héroes cotidianos somos todos a las siete de la tarde en el subte D o cuando una mujer que cocina, con su pierna hamaca la cuna del hijo.
Hoy hace un frío de rajar la tierra y millones de "héroes cotidianos" sortearán tal injuria de la naturaleza.
Vivirán hasta el verano y hasta varios veranos más con suerte, y algún día indefectiblemente morirán, o mejor dicho moriremos.
Que hicimos con "la gracia infinita" de tener vida? 
Incluso esos que brillan por lo que fuere,dejarán de brillar tarde o temprano,cuando el recuerdo se diluya también.
Por eso nos concentramos en hacer crecer la planta de la maceta del balcón, revolvemos el guiso para el mediodía,tenemos sexo o escuchamos música sin pensarlo dos veces,sin preguntarnos nada porque las respuestas son furiosas o nos hielan la sangre y por algún motivo sentimos la obligación de seguir a pesar de todo y de alegrarnos por el sol y la lluvia.

No hay ninguna conclusión,no la tengo.
Hay quién tiene fe en que algo más dará sentido al transcurrir de las horas,algún día.
Solo pensaba que siento un tesoro entre mis manos y corriendo por mis venas y que cada día que termina siento el contenido escaparse como arena fina.
Y no tengo fe.
Y no soy brillante.



10 comentarios:

Ester dijo...

Mi vida sencilla y anónima me pertenece, y me satisface, tengo suficiente, cuando me muera me recordarán con cariño unos pocos como yo recuerdo a mis ausentes. Me basta y me sobra. ¡Soy feliz!
Saltos y brincos

Guantes De Lana dijo...

Es así simplemente hacemos cosas porque somos finitos. Hacemos el amo, tenemos hijos, hacemos arte, etc. Todo para de alguna manera u otra transcende, quedar de alguna forma más allá de la muerte
Besos totales.

Darío dijo...

Hermoso homenaje a la vida y a los héroes anónimos, Sil. Un abrazo.

SILDELSUR dijo...

Tengo lectores muy optimistas!
Lo que escribí chorrea pesimismo sobre el sentido de la vida,y dice que por más que hagamos lo que hagamos,seamos brillantes o mediocres,moriremos.
Con más o menos pena y con más o menos gloria.
No lo veo como homenaje a los héroes anónimos.
Somos animales de costumbre y vivimos porque no nos queda otra y sin preguntarnos demasiado porque no nos gustan las respuestas o no las tenemos.
Era eso mis queridos amigos.

Michelle dijo...

sagaz escrito

Luis García Romero dijo...

Más allà, al otro lado, después de... todo eso no tiene nada que ver con nosotros. La muerte es nuestro fin y supone un cambio minúsculo en el planeta. La vida y el arte son los únicos escenarios de los seres que aparentamos ser.

Sonsoles dijo...

A gusto contigo misma (de esto si q hay poco)
Precioso
Besos

Recomenzar dijo...

Lo mejor para hacer es ser lo mejor que uno puede dia a dia y si no podemos tratarlo...La muerte es el fin de uno...y los demás seguiran viviendo como seguimos nosotros
me gusta tu estilo
un beso compatriota

resonancias de divan dijo...

Mi vida es anónima. soy Lic. en Psicología Social trabajo desde hace muchos años en ONG que hacen guita con mi trabajo,en organizaciones de Izquierda. No valoran tu trabAjo, tu compromiso
pusiste un comedor solidario para de paso alimentar a tu famlia,la izquierda atrae también con bolsones de comidas, asambleas,etc.

akermariano dijo...

Alguien me dijo: "todos estamos solos y lo estamos siempre". Sé que es verdad. Y lo digo sin concluir nada. Mas milagro grande es el encuentro con el yo auténtico y aquél entre personas que son MENSCH. Feliz es quien abriga bien la fe en la vida y cultiva la integridad. Desde su microscopicidad, grande pasa incluso a ser toda persona que, como escribío Goethe, declara ser parte de aquellos que desde lo oscuro aspiran llegar a la claridad.